jueves, 24 de julio de 2014

¿Es el Trabajo Social una ciencia?

Los debates son eternos. ¿Podemos decir que el Trabajo Social es una ciencia?  ¿Cuáles son los retos para el Trabajo Social científico? 


FUENTE:  Blog "Geografosubjetivo"


Aclarando conceptos: Tecnología social vs. Ciencia

Si queremos responder a esta pregunta, primero tenemos que aclarar lo que entendemos por "ciencia". La concepción moderna de la ciencia, implica entre otras, las siguientes características básicas: 


  • Un saber crítico o fundamental, con conocimientos racionales, ciertos o probables. 
  • Un saber sistemático, ordenados en un conjunto. 
  • Un saber verificable mediante técnicas empíricas.
  • Un saber metodológico, regido por ciertos "pasos" convenidos. 
  • Un saber objetivo: No se trata solo de describir la evidencia, sino también de interpretarla logrando cierto consenso por la comunidad de científicos. 

El Trabajo Social ha ido ganando, poco a poco, capacidad de sistematizar su saber. Ha ido convirtiéndose en una profesión con valores establecidos. Pero, pese a ello, hay que reconocer que las ciencias humanas o sociales nunca han recibido la misma consideración que las demás ciencias. 


¿Cuáles son las dificultades epistemológicas del Trabajo Social? 

  1. Las dificultades de experimentación, de medición (faltan unidades generales desde las que partir) y la complejidad de los fenómenos que aborda. 
  2. La confusión sujeto-objeto. El objeto del Trabajo Social es la persona humana a nivel individual, familiar, grupal o comunitario. Esto significa que nuestro objeto, es más bien sujeto y esto tiene una serie de consideraciones y consecuencias ético-prácticas considerables.
  3. El carácter pragmático del Trabajo Social, que lo aleja de la posibilidad de dedicarse a crear teorías (dedicarse a la investigación pura, es decir, no aplicada). 




Medición, verificación y generalización en Trabajo Social. 

Posiciones epistemológicas extremas llegan a negar el carácter científico de las ciencias humanas o sociales (Sorokin, Plumb, Andreski). ¿Esto es así realmente? Es verdad que no todas las ciencias alcanzan el mismo nivel de certezapero no por eso dejan de ser ciencias. Las ciencias sociales tienen un objeto de estudio más complicado para ser "verificado" porque no se puede someter a una persona a un microscopio. Pero, aún así, las ciencias sociales pueden medir, de manera indirecta, sus logros y llegar a generalizaciones de menor grado pero no por ello no-científicas. 


Trabajando con sujetos-objeto

Los sujetos son los protagonistas de la acción profesional dentro de nuestra profesión. Las personas no solamente son aquello que estudiamos como objeto-de-nuestra-profesión, sino también entidades que gozan de una posición privilegiada dentro de la relación de ayuda, que influyen en todas nuestras decisiones y hallazgos "científicos". Por decirlo de una manera más bruta: Las personas nos "contaminan" a nivel científico, porque ellas también interpretan su situación, nos interpretan a nosotros y a la relación que establecemos juntos. 

Se generan así, desafíos y necesidades de superar el viejo esquema de conocer-para-aplicar y aplicar-para-conocer. 


El carácter pragmático del TS: La intervención social. 

Desde el Trabajo Social no nos interesa formular teorías abstractas sobre las relaciones sociales, las dinámicas familiares o las problemáticas sociales. Lo que realmente nos interesa es intervenir en esas situaciones para mejorarlas. Es lógico que para ello necesitamos conocimientos, pero siempre éstos tienen una utilidad práctica. Por eso, muchos autores han defendido que el Trabajo Social, más que una ciencia es una tecnología social, limitada a aplicar conocimientos que otras ciencias producen. 

Las ventajas del pragmatismo es que generamos una gran utilidad social, pero al mismo tiempo entraña el peligro de perder el rigor científico y caer en una práctica voluntarista sin base, sin rumbo.



Conclusiones: La situación actual del Trabajo Social. 

Que las ciencias sociales difieren enormemente de las ciencias "puras" es evidente. Es comprensible el viejo debate sobre el carácter científico de las profesiones sociales, pero bajo nuestro punto de vista debe ser superado por posiciones que comprendan que el objeto de estudio pauta un camino de "hacer ciencia" diferente. Si entendemos a la ciencia como una forma de alcanzar una mayor precisión en nuestra acción, mediante un progresivo aumento del conocimiento, entonces el Trabajo Social debe ser una ciencia. 

Coincidimos con De la Red (1993) al entender que la diferencia entre ciencias sociales y ciencias "duras" es de grado más que una diferencia sustancial.  El Trabajo Social no se posiciona en una ciencia explicativa, causal, sino más bien comprensiva e interpretativa, una ciencia aplicada.  

Por otro lado, si el Trabajo Social quiere seguir desarrollando, debería seguir avanzando atravesando las siguientes etapas: 

  1. Crear una jerga profesional a partir de la experiencia. 
  2. Aprovechar teorías de otras disciplinas para dotar de un fondo científico a las conclusiones. 
  3. Desarrollar una teoría propia

La etapa 1 y 2, según autores como H. C. Kruse, ya han sido superadas y el Trabajo Social se enfrenta hoy día a la ingente tarea de construir sus propias teorías. Esto solo podrá ser posible conceptualizando todo lo que realiza, comenzando por niveles muy sencillos, por categorías de uso cotidiano. 

Para que todo eso sea posible, debemos superar la división entre teoría y práctica. La teoría necesita de una práctica sistematizada que incremente su cuerpo de conocimiento. Por supuesto, la práctica requiere de conocimientos teóricos para evitar una práctica voluntarista vacía. 



Bibliografía 

  • Natividad de la Red (1993): Aproximación al Trabajo Social. 

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